Los 10 mandamientos son principios y reglas que Dios dió al hombre para vivir una vida divina en la Tierra. Hoy analizaremos qué es lo que verdaderamente representan los 10 mandamientos e información curiosa de cada uno de ellos.
¿Qué es lo que verdaderamente representan los mandamientos, si son los que unen al hombre con Dios?
Cuando Moisés condujo a los hebreos fuera de las tierras egipcias, subió al monte Sinaí donde Dios le entregó los 10 mandamientos para que la gente, lejos del influjo del socium, se acogiera a la influencia de Dios por medio de estas leyes.
Pero mientras éstas no se dieron a conocer, el pueblo, impotente sin un pastor, creó un ídolo, un ternero de oro que representaba el dinero (recurso social para cumplir deseos) y se puso a venerarlo hasta la vuelta de Moisés, quien lo destruyó.
Los 10 mandamientos son principios, reglas, dados al hombre ignorante como orientación para conocer a Dios vivir una vida divina en la Tierra, es decir, bajo la influencia de las leyes divinas y no de las humanas que llevan hacia el Armagedón.
Esta reflexión podrás encontrarla también en el libro Aventuras de un Místico de una manera más detallada.
¿Qué representan verdaderamente los 10 mandamientos?
MANDAMIENTO 1: “Amarás a Dios con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas”
Este mandamiento quiere decir que el hombre debe buscar su comunión con Dios, siempre acordarse de Él, sentir su presencia. Es lo más importante para el desarrollo espiritual.
“No tendrás otros dioses delante de mí” se refiere a la pertenencia del hombre a un egregor. El ser humano no puede encontrarse bajo el cobijo de dos egregores contrarios, que en la Biblia se denominan Dioses, no puede servir a Dios y a Mammón, y si ha accedido a un egregor superior de desarrollo espiritual (creado por los enviados de Dios, los Avatares) para un contacto directo con los planos superiores y Dios.
Abandonar a los demás y permanecer en ese egregor hasta el final, es decir, hasta su iluminación. Encontrarse en dos egregores puede provocar una desviación de la energía que atraería muchas calamidades y enfermedades.
MANDAMIENTO 2: “No te fabriques Dioses”
El hombre ignorante concibe ídolos en todo lo que le rodea: deportistas, artistas, cantantes, políticos, en el alcohol, la familia, las drogas, en todo lo que está relacionado, con lo que se identifica.
Esto le vincula a los egregores de esas personas y fenómenos y, como en el caso anterior, causa la desviación de la energía, las calamidades y la detención de su desarrollo.
No vale deificar nada ni identificarse con nada, ni con el dinero, ni la carrera, ni con la fama, ni con el poder, porque todo esto establece una dependencia del hombre con la sociedad y sus leyes destructivas, sus guerras, revoluciones, pogromos, luchas por el poder, dinero, etc.
Hay que recordar que los egregores inferiores son una especie de exprimidores de zumo, pues se alimentan de la energía, la atención y las acciones de la gente, impulsándolas a diversos comportamientos negativos.
MANDAMIENTO 3: “No mencionarás el nombre de Dios en vano”
Todo aquello que está relacionado con Dios, con los caminos hacia él, con el autodesarrollo, debe ser sagrado para el hombre.
No se debe permitir que la vía elegida se convierta en una acción mecánica, rutinaria, porque se efectuará como una obligación innecesaria. Hay que rellenar de conciencia, entendimiento, emociones elevadas, para que sea un acto vivo, porque Dios dice “Soy el señor de los vivos y de los muertos”
Cuando el camino se convierte en una formalidad innecesaria, etc, el estado en el que se encuentra el ser es un intervalo que hay que llenar con esfuerzos conscientes y emociones elevadas.
MANDAMIENTO 4: Respeta el sábado
Este mandamiento está vinculado a la idea de los intervalos surgidos por los aspectos negativos entre la Luna y el Sol. Está relacionado con el calendario lunar por el que se regían los hebreos, al igual que otros pueblos antiguos.
Aunque los intervalos se suceden en cualquiera de los aspectos negativos, tanto de los planetas en el firmamento, como de los transitorios con relación a su radio, afecta, de modo individual, a cada persona u objeto, especialmente el tránsito de los planetas con ciclos mayores, empezando por Júpiter.
El antiguo calendario lunar no tiene ninguna relación con el moderno, siendo el domingo el primer día lunar y el sábado el séptimo.
En las tradiciones de muchos pueblos, similares intervalos de los días se cubrían con celebraciones religiosas durante las que se realizaban servicios especialmente solemnes, sacrificios individuales y generales.
Se prescribía evitar el inicio de cualquier asunto y se imponían diversas penitencias, ayunos, oraciones, genuflexiones y otros ejercicios espirituales.
MANDAMIENTO 5: Respetarás a tu padre y a tu madre, tus días en la tierra perdurarán.
Este mandamiento está relacionado con la idea del apoyo a las personas en ancianidad, en la enfermedad, etc.
Antes no existían fondos de jubilación, seguros médicos y otras garantías sociales. Todas las esperanzas de los padres (y de otros parientes ancianos) estaban depositadas en los hijos, quienes debían cuidarlos en su vejez, porque sus hijos actuarían igualmente con ellos y podrían vivir más tiempo su ancianidad.
Se consideraba un bien tener una familia grande, porque ésta podía respaldar a otra familia grande, una tribu mayor, un estado multitudinario por las mismas causas. Hoy sucede lo contrario. Las familias con pocos hijos están abastecidas. Los estados más ricos tienen pequeñas poblaciones por kilómetro cuadrado.
Respetar significa ayudar, pero no obedecer, así, en los estados que viven en la riqueza, los hijos se independizan pronto. Las personas exitosas también se hicieron independientes pronto.
Los países son estructuras patriarcales (donde una persona debe obedecer tanto a sus padres como a todos los parientes mayores, incluidos los hermanos) se encuentran en decadencia económica, porque la presión de la generación mayor frena la manifestación de la nueva generación, del progreso. Esta situación es propia de todo Oriente, donde con un número mayor de población, éstos viven en la miseria.
MANDAMIENTO 6: No codiciarás los bienes ajenos
Se presenta por la religión tradicional como uno de los últimos. Es precisamente por el deseo de poseer aquello que ha visto en poder de su prójimo, incluso si no necesita, que el hombre roba, mata, miente, embauca, envidia, se ofende, se enfurece, acusa, etc.
Lo que realmente es necesario está permitido, por encima de esto, proviene del tentador. Los deseos extremos causan el mal.
MANDAMIENTO 7: No matarás
Muchas de las matanzas masivas como las guerras, las revoluciones, la quema de brujas o las cruzadas no son considerados asesinatos, ya que éstos se han llevado a cabo bajo la égida de alguna idea elevada, sea la yihad, la expulsión del demonio, la liberación del Santo Sepulcro o el cumplimiento de un deber internacional.
Todo esto es mejor considerarlo como «Los señores quieren poner, los sirvientes pagan por él». Cuando ves películas bélicas, lees libros, observas cómo la gente se identifica con una idea por la que llegan a matar.
Tomad conciencia de que ese destino os puede tocar. Hay que intentar evitar ese tipo de identificación y procurar estar al margen de esos acontecimientos.
En peleas y asesinatos domésticos, la gente también se identifica con pseudo-ideas de equivocadas justicias, luchas contra el mal, como quieren verlo. Pero si todo esto lleva al asesinato y a la violencia, esas ideas no valen nada y ellas mismas son el mal.
MANDAMIENTO 8: No fornicarás
La moral de la sociedad judía de la época en que Moisés recogió los 10 mandamientos de Dios en el Monte Sinaí difería bastante de la moral europea moderna.
Por ejemplo, para muchos judíos y muchos otros pueblos, un hombre podría tener tantas mujeres como pudiera alimentar, además era aceptado que los judíos tomaran por esposa a la mujer del hermano muerto a fin de continuar con la descendencia.
Además, las mujeres eran entregadas como esposas desde que tenían su primera menstruación, muchas veces a los 9 años.
La fornicación era considerada la copulación con la esposa ajena, así como con una muchacha (si esta no era esclava del hombre) sin el consentimiento de los padres o de los parientes mayores.
Pero ¿Qué es lo que realmente se considera pecado de fornicación desde el punto de vista del autodesarrollo espiritual, desde la posición del desarrollo del alma hacia Dios?
El consumo incorrecto de la energía sexual que, en primer lugar, extenúa a la persona y le priva de sus fuerzas, precisamente de la energía sexual astral gracias a la cual se da el crecimiento de los astrales.
Fornicar se puede considerar el orgasmo tanto del hombre como de una mujer (incluido el incitado por el organismo) que provoca la extenuación.
También la copulación sin orgasmo de parejas inadecuadas, las fantasías sexuales, incluidos todos los sueños románticos y las diversas emociones negativas como los celos, la venganza, el ansia de posesión, la angustia, el sentimentalismo relacionado con la realización de la energía sexual a través del centro emocional.
Así también la pereza o la excesiva tensión muscular por la realización a través de los centros motor e instintivo. Detectando y frenando consciente estas manifestaciones, una persona cumple con el mandamiento de «no fornicarás».
MANDAMIENTO 9: «No robarás», que proviene del «No desearás los bienes ajenos»
El robo y otros delitos cometidos por el hombre ponen de manifiesto su ignorancia y su carencia de desarrollo.
Los delitos que causan daños a otros sólo producen efectos pasajeros, luego vienen las consecuencias, sea la cárcel o la muerte entre delincuentes, sea la violencia y la destrucción que terminan por consumir a una persona.
Hay que actuar constructivamente, positivamente, afirmativamente y sólo entonces se conseguirán muchas cosas. Con el robo, el delinqüente se roba a sí mismo, se encamina por la vía de la realización de falsos deseos que con frecuencia le harán daño.
No hay que olvidar que muchos delitos no son denominados como tal y suelen ser los más grandes y de mayor magnitud. Hay delitos de los gobiernos, de las legislaciones, de jueces corruptos que imponen sentencias formales a muchas personas, agentes del orden preocupados sólo por los galardones, etc.
MANDAMIENTO 10. No darás falsos testimonios.
Este mandamiento es la versión reducida del más complejo NO MENTIRÁS. porque la mentira y la verdad no dependen de la sinceridad de una persona, porque ésta puede estar equivocada y presentar convencido una falsedad por verdad.
Este es el mandamiento más complejo de todos. Complejo porque toda la vida el pensamiento humano está saturado de falsedad.
En cuanto una persona abandona los límites de dados órganos de percepción y de tareas vitales sencillas en el ámbito de la comprensión, los principios, las teorías, es cuando la falsedad entra a ejercer sus derechos.
Como hemos podido observar cada mandamiento está completamente relacionado con un contexto, por lo que no debemos seguirlos automáticamente al pie de la letra, sino más bien se trata de profundizar sobre su verdadero significado y lo que estos representan.
Si desean ampliar más información, como les mencionamos anteriormente pueden encontrarla en Aventuras de un Místico, un libro espiritual repleto de reflexiones.
¡Hasta la próxima!
